PRESENCIA EN LA RED

Tras realizar una búsqueda de mi nombre en internet, no me he sentido sorprendida, ya que era consciente de no tener contenido inapropiado. Sin embargo, descubrí algunas cosas que había olvidado, como una cuenta que abrí en Flickr en 2015, la cual contenía un par de fotografías que realicé hace años. Además de eso, solo encontré mi cuenta de Etsy, un listado relacionado con una carrera y poco más. Ni siquiera aparece mi perfil de Instagram, ya que no está vinculado a mi nombre.

Considero que es fundamental mantener una presencia en línea a nivel profesional, aunque no necesariamente en el ámbito personal. Internet se ha convertido en una herramienta valiosa para posicionarse laboralmente, ya sea como empleado o como empresa. Las redes sociales, en particular, han evolucionado en un negocio o una herramienta de marketing digital para impulsar emprendimientos. En la actualidad, la venta en línea y la publicidad a través de internet y redes sociales son, en muchos casos, más efectivas que la televisión o la publicidad tradicional. Por lo tanto, es crucial trabajar adecuadamente el Branding, construir una sólida marca personal y mantener una buena reputación en línea para destacar en un entorno donde, con un solo clic, tenemos acceso a miles de opciones.

Personalmente, solo utilizo una red social: Instagram, que es la única que mantengo activa. Hace ya un tiempo decidí eliminar mis cuentas de Tuenti y Facebook. También tuve perfiles en Snapchat, Twitter y TikTok, pero nunca los utilicé. Mi cuenta personal de Instagram la comencé a usar de manera pública para compartir fotografías y contenido relacionado con nuestros viajes, especialmente tras el nacimiento de mi primera hija, continué utilizando la cuenta públicamente para compartir experiencias de viajes en familia. Sin embargo, un día leí un artículo (no recuerdo el nombre ni la fuente) sobre la privacidad de los menores en Internet, lo que me llevó a tomar la decisión de eliminar cualquier presencia pública que pudiera comprometer la privacidad de mis hijos. Después de esa reflexión, decidí conservar únicamente mi cuenta de Instagram, la renombré y la configuré como privada, eliminando a todos los seguidores y dejando solo a familiares y amigos cercanos. Ahora, limito considerablemente el contenido personal que publico y comparto únicamente recuerdos especiales que deseo compartir con mi círculo cercano.

En conclusión, deseo establecer una presencia profesional en mis redes sociales; sin embargo, considero que es fundamental hacerlo cuando esté debidamente preparada y pueda ofrecer contenido de valor. Es esencial contar con una estrategia de branding bien definida y concentrarme exclusivamente en compartir contenido laboral, en lugar de personal, como sucede actualmente con muchas cuentas que, en un intento de parecer más cercanas, terminan compartiendo aspectos de su vida cotidiana. Creo firmemente en la importancia del derecho a la intimidad y lamento que, para lograr ventas, sea necesario exponerse en tal medida.